He de reconocer
que es muy posible que vaya a tirar piedras sobre mi propio tejado metiéndome
en este tema, pero me desilusiona leer algunos artículos (por lo que veo, muy
de moda ahora) relacionados con el debate sobre a quién se le puede llamar
criminólogo y a quién no.
Que si los
primeros criminólogos tenían un título propio y eso no sirve de nada; que si
después podía estudiarse como licenciatura y ésta tiene infinidad de carencias;