jueves, 22 de octubre de 2015

Gentrificación: el éxodo hipster

¿QUÉ ES?

La Gentrificación[1] deriva del término inglés “Gentry”, utilizado para hacer referencia a lo que conocemos como una especie de clase aburguesada. Éste es un fenómeno urbano que surge en la época del postfordismo y que consiste en que un grupo de personas de un nivel adquisitivo medio-alto deciden instalarse en un barrio degradado o descapitalizado cerca del centro de la ciudad por la buena relación calidad-precio.

PROS Y CONTRAS DEL FENÓMENO

Desde que este fenómeno nació ha suscitado innumerables debates. Es cierto que las zonas gentrificables consiguen una revalorización del suelo y que aquellos que poseen la propiedad de los edificios enclavados en esos barrios (mayoritariamente formados por viviendas en régimen de alquiler) se ven arrastrados a la rehabilitación para que la imagen que hasta el momento se tenía de ellos se adecue a la nueva etapa. También es cierto que esto ayuda a desplazar los focos de delincuencia hacia la periferia. Pero ¿qué pasa cuando el desplazamiento debe hacerlo aquella gente sin apenas recursos económicos que ahora no puede hacer frente a las subidas de sus alquileres? El debate está en el aire desde hace más de dos siglos. Lo único que sabemos es que la “expulsión” se realiza de forma progresiva y aquél que posee el poder económico es el que acaba estableciéndose de forma definitiva.

De igual forma, estos procesos tienen un carácter evolutivo y cabe destacar que lo que anteriormente denotaba la supremacía del más rico sobre el más pobre, ahora queda camuflado en la supremacía de la cultura y la creatividad sobre la inactividad y la desidia. Sea como fuere, este fenómeno forma parte de lo que conocemos como Teoría del ciclo vital de los barrios, según la cual éstos experimentan las fases de crecimiento, declive y renovación.



ALGUNOS EJEMPLOS

Barrios tan conocidos como el West Village, Greenwich Village, Lower East Side o el barrio de Harlem (al que un Starbucks y un H&M le han hecho perder su esencia), son varios de los ejemplos más conocidos a nivel internacional del fenómeno de <gentrificación>.

En España existen multitud de barrios que han experimentado este proceso en varias ocasiones. Uno de los más conocidos es el Barrio del Raval en Barcelona que, tras las últimas Exposiciones Universales (1888 y 1929), quedó plagado de cafés, tabernas, teatros y locales todos ellos dedicados a la prostitución. Un barrio donde proliferaba la delincuencia y que se comparaba con los barrios chinos de Nueva York, Buenos Aires o Moscú. El Ayuntamiento realizó una serie de viviendas en las zonas periféricas de la ciudad, cerca de los polígonos, la excusa perfecta para que las familias de clase obrera huyeran del barrio. De esta forma el Raval destacó por su degradación y sólo quedaban allí los que no podían o no querían irse. Actualmente, en el barrio conviven inmigrantes y gentrificadores que se mezclan con los estudiantes de las Escuelas del Barrio.

En Madrid, zonas como Lavapiés, Tetuán, Chueca o el Triball, son algunas de las más destacadas. Mientras el Barrio de Chueca ha sido comparado con el Greenwich Village de Nueva York, el de Triball ha sido comparado con el Soho de Manhattan ya que en 2007 la Asociación de Comerciantes con el mismo nombre que hoy tiene el barrio, compró prostíbulos y se los cedió a diseñadores y artistas para que allí pudieran desarrollar su actividad. Como curiosidad, hay que reseñar que existe un colectivo denominado TXP que ofrece visitas guiadas por estos barrios bajo el nombre de “Gentrificatours”.
El nuevo foco de atención en Madrid, es el barrio de Tetuán, dónde está instalada la comunidad dominicana: precios bajos, buenas comunicaciones, cerca del centro, la universidad y justo al lado de un importante eje comercial.
 

Otras ciudades, aparte de Barcelona y Madrid, también poseen barrios gentrificables, como es el caso de La Alameda en Sevilla o del Barrio del Carmen de Valencia que cuentan con el apoyo de las instituciones públicas y del capital inmobiliario.

Aunque se insiste en que el proceso no puede centrarse únicamente en la perspectiva de que los ciudadanos más humildes, ancianos e inmigrantes han sido “expulsados” del barrio por jóvenes de clase media-alta, parejas o solteros, artistas o de profesiones liberales con fuertes intereses culturales, sino que hay que tener en cuenta que la seguridad ha aumentado en estas zonas y que se ha pasado de lugares repletos de yonquis y prostitución a barrios temáticos, hay que tener en consideración las peticiones de desarrollo de políticas que favorezcan el mantenimiento de comercios que den servicios a la población. Si esta premisa se cumpliera, la Gentrificación no se reduciría al hecho de un barrio humilde que se pone de moda.

SI QUIERES CONOCER MÁS A FONDO ESTE FENÓMENO…

Si queréis conocer más acerca del tema no dejéis de leer a varios autores que salen a relucir cada vez que buscamos el término “Gentrificación”: autores como David Ley o Neil Smith, éste último centrando su obra entre los años 70 y 80 y su libro “La nueva frontera urbana”. También encontramos a Jane Jacobs con su “Muerte y vida de las grandes ciudades”; y no podíamos dejarnos a un autor de casa que en 2014 nos presentaba su “¿Gentrificación o barbarie?”, Ibán Díaz Parra.

Este artículo surgió a raíz de la noticia de este 11 de Octubre de 2015 “Ira contra la tienda hipster de cereales”, firmado por Marta Núñez Gallego (Londres – Madrid) para Noticias Cuatro. Actualmente, este fenómeno se relaciona directamente con el fenómeno hipster, por el que la decadencia y la criminalidad se ven substituidas por piruletas, ropa vintage y cupcakes. A continuación os dejo el enlace como curiosidad:




Cereal Killer - Brick Lane



[1] Es M.Pacione, en 1990, quién le pone este nombre al fenómeno tal y como lo conocemos ahora

BIBLIOGRAFÍA

-          Wikipedia https://es.wikipedia.org/wiki/Gentrificaci%C3%B3n de 12 de Octubre de 2015.
- "La gentrificación, ¿el producto de una economía hipster?" Artículo de eldiario.es, sección Cultura y Tecnología de 24 de Septiembre de 2014
- Sargatal Bataller, M.A. El estudio de la gentrificación. Biblio3w. Revista bibliográfica de geografía y ciencias sociales nº 228. Barcelona. Universidad de Barcelona, 2000.
- "Pobre Barrio Rico", artículo publicado en El País, 31 de Marzo de 2013 por Sergio C. Fanjul

miércoles, 15 de julio de 2015

El circo de los horrores: Tortura (Parte Final)

En las dos entradas anteriores referentes a la tortura hicimos un recorrido por la evolución del pensamiento sobre esta práctica y conocimos algunos de los métodos más utilizados en las culturas griega y romana y durante la Edad Media.

Cabe destacar que a partir de la segunda mitad del s. XVIII y principios del s.XIX, los Estados civilizados empezaron a abolir la tortura de forma progresiva, gracias a las reformas de los sistemas penales y, según algunas fuentes, a los principios de la Ilustración[1] y su creencia de respetar y no lastimar. El Reino de Prusia fue el primero en abolir del todo esta práctica en 1754.

Gran parte del éxito de esta abolición se debe, sobretodo, a que autores como Voltaire y Beccaria (este último con su obra “Dei deliti e delle pena” de 1764) fueron mucho más claros y concisos en sus mensajes que sus predecesores que intentaban basar sus razones en cuestiones religiosas y la metafísica.

Es así como pasamos de una época en que el Estado otorga derechos a otra en que protege los que ya se tienen. El problema está en que parece ser que dicha abolición para algunos es efímera y para otros fraudulenta e incluso engañosa. Podemos ver como en el s.XX resurge con mucha más fuerza por causas como:

-          La aparición de los Estados totalitarios en los que toda discrepancia respecto a la línea marcada por el Estado o sus “dirigentes” sería un atentado gravísimo. Tenemos aquí el ejemplo de la Rusia Zarista, la Italia o España fascistas y la Alemania del Tercer Reich.
-          La necesidad impuesta por las condiciones de la guerra moderna, con la creación de servicios y métodos especiales de interrogación de prisioneros…
-          El terrorismo

El artículo 5 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos proclamada en 1948 nos dice: “Nadie será sometido a la tortura o a tratamientos o castigos crueles, inhumanos o degradantes”, pero la realidad vivida durante todos estos años con casos como la Guerra de la Independencia de Argelia (1950) o la situación de la Sudáfrica del Apartheid o la Chile de Pinochet ya nos anuncia que una cosa es la “proclama de la abolición” y otra muy diferente la “cruda realidad”.

En 1987, Edgard Peters en su obra “La Tortura”, nos explica cuáles serían los métodos que seguían y se siguen utilizando (y sus secuelas). En la actualidad, en obras sobretodo dedicadas al terrorismo y las mafias podemos observar que algunos métodos citados por Peters siguen usándose con la finalidad de perpetuar esta praxis: golpes, asfixia, colocación prolongada en posiciones forzadas, alopecia de tracción, extracción de uñas, inserción de cuerpos extraños por el recto y/o la vagina, extracción dental, presencia de tortura a seres queridos, privación de sueño, exposición continua a la luz, confinamiento en solitario o la aplicación forzada de drogas o inyecciones de materia fecal…


En la actualidad vivimos momentos dicotómicos referentes a la TORTURA. Por una parte, los Museos[2] que existen alrededor del mundo nos hacen ver que esta práctica es cosa del pasado. En cambio, obras literarias como la famosa “1984” de George Orwell (1948) o la película alemana “El Experimento” de Oliver Hirschbiegel (2001) o “La fuerza de uno” de Avildsen sobre el apartheid (1992) son documentos detractores y críticos con este tipo de mecanismos. Estos dos hechos chocan con la proliferación y éxito de películas como “Hostel” de Eli Roth (2005 y 2007) o la franquicia de culto “Saw” dirigidas o producidas por James Wan (2004)[3], en las que explícitamente vemos actos crueles e inhumanos y que somos capaces de disfrutar.

Quizás esta dicotomía no sería tan grave si solo se tratara de ficción, pero abrir el periódico cada día y encontrar noticias como las ocurridas en supuestas cárceles secretas de la CIA por todo el mundo como el caso de Guantánamo o las recientemente perpetradas por Estado Islámico e incluso la olvidada Tortura Animal, nos indican que estas costumbres no están erradicadas y que no dejan de ser una forma moderna del método de la Picota, la Pera de la Angustia, la Garrucha o el Escafismo. ¿Somos capaces de verlo así o nos hemos deshumanizado?




“La tortura ha desaparecido del Código. Cosa diferente es que desaparezca de las costumbres”. – Rafael Barret






Bibliografía

“La tortura”, Alec Mellor , Ed. Estela 1964 Barcelona
“La tortura”, Edward Peters, Ed. Alianza 1985 Madrid
“Discurso sobre la tortura” Juan Pablo Forner, Ed. Crítica 1990 Barcelona

* Wikipedia e informes on-line de Amnistía Internacional




[1] Thomas Hobbes “Sea lo que sea lo que responda el reo (bajo los efectos de la tortura), sea verdadero o falso, o permanezca en silencio, tiene derecho a hacer en esta cuestión lo que sea justo para él”. Recogido en 1879 en la Quinta Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos.
[2] En España el Museo de la Tortura de Santillana del Mar o Museo de la Inquisición es el más conocido (http://www.santillanadelmarturismo.com/museo_inquisicion.php). En cuanto a Europa, el Museo de la Tortura de Ámsterdam (http://www.torturemuseum.nl/) y el de Rothenburg en Alemania (http://www.kriminalmuseum.eu/) son considerados los más completos.
[3] Cuenta con 7 entregas y está prevista una octava para 2016

miércoles, 27 de mayo de 2015

El circo de los horrores: Tortura (Parte II)


Cuando hablamos de Tortura y Edad Media es como cuando vas al médico: sabes cuándo entras pero no cuándo vas a salir. Aunque la tortura ha existido desde que el hombre es hombre, podemos destacar que la Edad Media es la llamada “Edad de Oro” de esta práctica. Podríamos detenernos en mil y un detalles para discernir qué etapa, si la Alta o la Baja, era la más cruel pero lo cierto es que ambas tienen su encanto.

viernes, 15 de mayo de 2015

Sicario

"La primera manifestación del terrorismo se produjo en Palestina en el año 66 con los sicarii, un grupo radical que luchó contra los romanos. Estos terroristas primitivos atacaban a sus enemigos en días festivos, cuando la multitud que se congregaba en Jerusalén les permitía actuar con mayor impunidad. del nombre de sicarii, que provenía de la espada corta (sica) que escondían bajo las túnicas, ha derivado la palabra sicario. Los que eran atrapados y condenados a muerte consideraban su ejecución un martirio glorioso que les abría las puertas del paraíso".




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Bibliografía

- Artículo "Atentados y Asesinatos políticos" de Fernando Cohnen para nº 37 de Muy Historia, 2011
- Imagen del videojuego "Hitman" para varias plataformas y PC

lunes, 11 de mayo de 2015

El circo de los horrores: Tortura (Parte I)

La Tortura está definida por la RAE como el “Grave dolor físico o psicológico infligido a alguien, con métodos y utensilios diversos, con el fin de obtener de él una confesión, o como medio de castigo”.

Esta definición no varía en demasía desde tiempos de Ulpiano, por allá en el s.III, hasta la expuesta por historiadores del s.XX, como sería el caso de John Heath. Casi todas las descripciones que encontramos por el camino a través de los siglos, tienen que ver con un ideal de justicia de cada tiempo analizado y siempre refiriéndose al dolor impuesto por funcionarios/autoridades públicas para conseguir la verdad o simplemente como castigo por un crimen merecedor de dicho desenlace. Aquí quisiera realizar un apunte personal,  a modo de crítica quizá impulsada por un trabajo paralelo sobre “personalidades desviadas”, y es que es muy difícil encontrar alguna interpretación oficial que considere la tortura como “pasatiempo”, que según la RAE sería la “diversión y entretenimiento en que se pasa el rato” y cuyo uso todavía parece no estar reconocido.

Las primeras pruebas gráficas sobre la existencia de esta práctica la encontramos ya en la Época Clásica de la Antigua Grecia y la Roma Imperial. A través de pinturas murales y de relatos en obras literarias, podemos comprobar que era un ejercicio bastante recurrente para demostrar la supremacía de hombres con consideración de libres sobre aquellos otros esclavos.

La tortura en Grecia recibía el nombre de básanos (probar con la piedra de toque; ensayar, comprobar, verificar, experimentar, poner a prueba, atormentar). Y en la obra de teatro “Las ranas” de Aristófanes en el 405 a.C, ya aparece un fragmento que denota la normalidad con la que es acogida esta costumbre cuando existe alguna ofensa que debe ser castigada: "Átalo a una escala, cuélgalo o azótalo. Apila piedras sobre él, échale vinagre en la nariz. Azótalo con cerdas, pero no con puerros o cebollas".

La cultura romana, en cambio, se consideraba más benévola, menos cruel en cuanto a este uso; afirmación que hace saltar todas las alarmas entre los amantes o simples conocedores de la época. Esta declaración era la que nos querían hacer creer bajo el disfraz de que sólo se penaba de esta forma los delitos penales, y no los civiles como hacían sus vecinos los griegos. Lo que no nos contaron era que un nuevo tipo de delito político, denominado Crimen Maiestatis y que se basaba en la ofensa hacia el Emperador, era considerado sacrilegio y recibiría el castigo propio del resto de delitos penales, es decir, la tortura. No hace falta aclarar que no había que esforzarse mucho para que cualquier acción pudiera suponer una ofensa hacia el Emperador.

Hay un hecho destacable, que en todos los libros y páginas web consultadas se menciona como “curiosidad” y que podría ser perfectamente uno de los argumentos que sustentara mi crítica anterior, relacionado con el periodo romano; se nos explica cómo Calígula mientras desayunaba o se divertía tenía por costumbre realizar interrogatorios mediante tortura, dónde exigía que a fin de conseguir la verdad se les cortara las manos a los interrogados, o se les aplicara fuego en sus partes pudendas. Y es que en esta época en que las penas se basaban en el castigo corporal, como la crucifixión o la “muerte por fuego” o siendo tirados a las bestias feroces, encontramos curiosos métodos como:

EL POTRO: también llamado Ecúleo, consistía en una tabla lisa sobre caballetes donde se colocaba a la víctima de tal forma en que sus extremidades superiores e inferiores eran atadas a un complejo sistema de pesos y cuerdas que a modo de poleas tiraban de ellas en sentido opuesto a fin de provocarle un primer desgarro muscular seguido de la dislocación de sus huesos. Un efecto similar intentaba provocar el método denominado “Lignum” y también usado en dicha época, que consistía en dos trozos de madera que intentaban romperle las piernas al sujeto.




EL UNGULAE: Su origen se encuentra en la época romana aunque hay que destacar que ha sido de los métodos que ha ido evolucionando y engendrando diversas modalidades a lo largo de la historia. Es el conocido método de los garfios que laceran la carne. En la parte sobre los métodos en la Edad Media veremos alguna variante.




LA FLAGELACIÓN: O Flagrum .Quizás sea de los métodos más conocidos como propios de dicha época, por las grandes referencias que encontramos tanto en la literatura como en el mundo del cine. Es una forma de castigo físico que trata de golpear el cuerpo humano hábilmente con látigos, varas o correas (algunas referencias también nos indican la posibilidad de hacerlo con metales candentes) cuya intención no es únicamente realizar heridas en la superficie de la piel, sino que se realizan estratégicamente para que tras la reiteración de los golpes aplicados queden afectados los órganos internos y, acabe provocando una muerte lenta acompañada de infecciones varias. Para ello, las “cuerdas” de los látigos estaban recubiertas de pequeñas bolas de metal o incluso pequeños huesos que provocaban que la carne se hiciera jirones.




LA MALA MANSIO: es el antecedente del método conocido como emparedamiento. Es curioso el sentido del humor de la época, ya que el origen de esta denominación viene del latín mansus que proviene de una forma verbal que significa “lugar donde pasar la noche después de un viaje”. Trata del encierro opresivo del cuerpo en un lugar estrecho, pocas referencias encontramos de si la cabeza quedaba al descubierto o no, en todo caso, una mala noche desde luego.





CURIOSIDADES: en un videojuego flash llamado Let’s Play: Ancient Greek Punishment, se recrean castigos eternos propios de los mitos helenos de forma ingeniosa como serían:

-         La roca de Sísifo, castigado a llevar una piedra hasta la cima de una montaña y antes de llegar dejaba caer la piedra de nuevo para repetir el proceso una y otra vez.
-         El hambre y sed eternas a las que fue castigado Tántalo mientras estaba en un lago con agua hasta la barbilla y bajo una rama baja repleta de fruta.
-          Las 50 hijas de Dánao mataron a sus 50 maridos y fueron condenadas a llenar un tonel sin fondo en el Inframundo.
-         Prometeo que fue castigado por robar el fuego del monte Olimpo fue encadenado en una montaña y un águila le iba comiendo el hígado de día, mientras que de noche se le regeneraba el órgano y así poder estar entretenidos durante 30.000 años.
-         Estas 4 pruebas se ven complementadas por una quinta basada en una de las paradojas del movimiento de Zenón

Si os queréis reír un par de minutos viendo en qué se entriene la gente, os recomiendo que pinchéis en el enlace:

“Adhuc Stantes” Lema del Instituto Santa Isabel de Hungría (“Todavía en pie”)


Angie Muñoz
Estudiante de Criminología UOC
Twitter: @anxineta




Bibliografía

“La tortura”, Alec Mellor , Ed. Estela 1964 Barcelona
“La tortura”, Edgard Peters, Ed. Alianza 1985 Madrid
“Discurso sobre la tortura” Juan Pablo Corner, Ed. Crítica 1990 Barcelona

* Wikipedia e informes on-line de Amnistía Internacional

miércoles, 8 de abril de 2015

Una nueva forma de protestar

Hace unos días nos hacíamos eco de una nueva forma de protesta influida (de nuevo) por el avance de las nuevas tecnologías.  Ya hemos podido comprobar el alcance de la difusión de mensajes mediante las redes sociales más punteras, o el abasto de plataformas como change.org; ahora podemos ver que hay maneras más curiosas de llegar al gran público. 

Stefanos es un artista griego de 29 años que ha inventado un método pacífico y al mismo tiempo revolucionario de protesta contra la economía. Es lo que denominamos un "hacker de billetes". En vez de falsificarlos, se dedica  a camuflar entre los monumentos que en ellos aparecen algunos dibujos que simbolizan el descontento de este "activista" con el sistema y las políticas económicas en vigor y hace partícipe a cualquier ciudadano de la zona euro al volverlos a poner en circulación. Gente cayendo al vacío, saltando vallas, ahorcados, superhéroes con capa, asesinos con maletines y hasta la muerte con guadaña, son algunos de los símbolos que Stefanos estampa en nuestra moneda. Una creativa alternativa a la cacerolada de toda la vida. Podéis ver toda su obra en la web www.banknotes.gr


Influido por la obra de Joseph DeLappe, que estampaba en los dólares siluetas con las manos en alto y un mensaje de Hands Up Don't Shoot! en respuesta de los asesinatos de personas de color por parte de la policía estadounidense, Stefanos nos convierte en cómplices de su particular protesta. Atentos, en cualquier momento podría llegar a nuestras manos alguna de sus obras, aunque cabe decir que su difusión digital es mucho mayor que la experimentada con la puesta en circulación de los billetes. Por desgracia, se presume que este tipo de protestas, pacíficas pero revolucionarias al mismo tiempo, caerán en el olvido con la misma rapidez que avanzan las nuevas tecnologías.

martes, 7 de abril de 2015

Sexting. ¿Sabes a quién le das la llave de tu candado?

En mi afán por indagar en todos esos “ings” que nos bombardean cada día, hay uno que me llama especialmente la atención y que hemos oído miles de veces. El sexting, contracción anglosajona de sex y texting, se refiere al envío de contenidos eróticos o pornográficos vía teléfono móvil que parece extenderse cada vez más entre nuestros adolescentes[1].

No es un término novedoso, según las fuentes consultadas, ya apareció hace más de 10 años y, en encuestas de años posteriores (2008, EEUU), se ha podido constatar que:

-          más del 22% de las mujeres había enviado contenido erótico a través del móvil
-          el 33% de los chicos y el 25% de las chicas encuestadas habían admitido que se les había mostrado algún mensaje de asunto privado

A medida que ha ido pasando el tiempo y se han ido realizando encuestas, las cifras aumentan desmesuradamente.

No es de extrañar que alguno de nosotros, en algún momento de nuestra vida, enviemos o recibamos mensajes que comúnmente denominamos “subidos de tono”, pero las nuevas tecnologías nos hacen ir más allá, adjuntando fotos o videos de carácter privado que en innumerables ocasiones dejan de formar parte de nuestro ámbito más íntimo. Todo ello provoca una serie de consecuencias sociales que van desde la vergüenza hasta el suicidio, de ahí la gravedad de este “ing”. Asimismo, dependiendo del sistema jurídico de cada país, podemos caer en varios problemas legales (incluso penales):
· Producción, posesión y/o distribución de pornografía infantil
· Corrupción de menores.
· Vulneración del derecho al honor y a la propia imagen.
· Difusión ilícita de datos personales 
· Acoso.
· Sextorsión[2]

Según un artículo de elconfidencial.com de febrero de 2014, hemos de quitarnos de la cabeza de que es una práctica totalmente adolescente. Es cierto que una revolución hormonal combinada con ganas de divertirse y la facilidad de tener una cámara a mano en cualquier momento, propicia este hecho, pero la realidad es que más de un 50% de adultos lo ha llevado a cabo en algún momento, siendo variadas las tasas según género y franja de edad.

Siempre creemos que los factores de riesgo nacen de las personas a las que se les envía el mensaje, pero el mayor factor de riesgo se encuentra en nosotros, y es dentro de nosotros mismos desde dónde podemos erradicarlos. Por tanto, sólo de uno mismo depende que la difusión de contenidos privados no trascienda. Las soluciones también son diversas: desde pensarse dos veces a quién enviamos los mensajes o asegurarnos (algo difícil) de que quién lo recibe no hará un uso impropio o lo borrará, hasta evitar hacerlos llegar a según qué personas. Es un hecho empírico que quiénes más difunden estos mensajes son exparejas.

Lo que es alarmante es saber que hasta un 10% de jóvenes entre 10 y 16 años lo practican y las secuelas psicológicas que en ellos provoca. Así que la mejor previsión es asegurarse de que nuestros menores no lo hacen (siempre acabamos recurriendo a la importancia del proceso de socialización primario). Quiero hacer mención de una leyenda urbana sobre un médico que conozco que cuenta que cuando las chicas jóvenes van a pedirle consejo sobre anticonceptivos, siempre les dice: “La mejor manera de no quedarte, es no hacerlo”. Muchos dirán que eso es perderse la parte divertida de la vida a la par que placentera, pero no podemos negar que es una verdad como un templo que el riesgo en este caso se minimiza a cero. Igualmente, no está de más decir que es importante que seamos celosos, o como mínimo cautos, en lo que se refiere a nuestra intimidad.

Casos de sexting famosos:

- Hackeo del móvil de Scarlett Johansson
- Jennette McCurdy, presentadora de un programa infantil
- Jennifer Lawrence y su exnovio
- Descubiertos los escarceos sexuales de Tigre Woods fuera de su matrimonio por el envío de sms
- Sandra Bullock también descubrió que su exmarido le era infiel por imágenes y mensajes explícitos que se encontraban en su móvil, al igual que Eva Longoria y Tony Parker.

Lo que está claro es que lo que hacemos con nuestro móvil, no es lo que se puede hacer con una bicicleta, así que hay que tener cuidado de dejar la llave del candado en según qué manos.

“Ab amico reconciliatio cave” – Guárdate de amigo reconciliado



[1] Fuente: Wikipedia 
[2] La sextorsión (extorsión sexual) es una forma de explotación sexual en la cual una persona es chantajeada con una imagen o vídeo de sí misma desnuda o realizando actos sexuales, que generalmente ha sido previamente compartida mediante sexting.